10 mar 2011

Zoo: los animales en cautividad sufren graves trastornos




Hasta en los mejores zoológicos, los animales sufren trastornos debido a la falta de libertad y al estar lejos de su ambiente natural. Esto sucede tanto a los animales capturados como a los que han nacido en cautividad.

Los síntomas que cada especie animal suele manifestar varían desde comportamientos extraños, como la repetición obsesiva de algunos movimientos, hasta el desarrollo de verdaderas patologías.

La zoocosis y sus manifestaciones

Las dolencias ocasionadas por la cautividad en los animales son las mismas que suele padecer el ser humano en determinadas circunstancias de su vida. Un artículo publicado en el Portal educativo Natureduca señala las siguientes: estrés, tristeza, inapetencia y claustrofobia, entre otras.

A través de estos síntomas se diagnostica una enfermedad llamada zoocosis. El animal tiene comportamientos antinaturales o insólitos. Repite incesantemente movimientos como caminar en círculos, sacudir o golpearse la cabeza, morderse patas y cola, o morder las barras de la jaula. Puede provocarse mutilaciones. Algunos reptiles, como las iguanas y los camaleones, sufren de anorexia.

Asimismo, el aburrimiento de la vida en una jaula produce patologías de la esfera sexual en los animales. Estas van desde la atrofia sexual hasta la masturbación obsesiva. Los felinos llegan a producirse heridas en los genitales.

La captura de animales salvajes

Una práctica muy común es la de matar a una madre para capturar sus crías desprotegidas. Así los cachorros se introducen a temprana edad en el zoo. La organización no lucrativa No More Zoo, presente en Facebook, relata los detalles de estas expediciones: "El transporte puede durar horas o días y se realiza dentro de cajas. Este hacinamiento hace que muchos animales mueran durante el viaje, víctimas del estrés, miedo, heridas, cambios de temperatura, falta de alimento y agua. Más de tres cuartas partes mueren durante su captura y transporte".

Nacer en cautividad

Los intentos de criar en cautividad especies en peligro de extinción, para después introducirlas en su hábitat natural, han fallado casi siempre. Los únicos casos de éxito han sido los de cuidar temporalmente a unos animales heridos, que en breve tiempo han podido volver a la naturaleza. Esto se debe a que los animales suelen perder sus característicos instintos salvajes al estar recluidos. Los animalistas, además, señalan que solo un 2% de los animales presentes en los zoológicos son de especies amenazadas, que podrían extinguirse. Y añaden que la mejor manera de preservar a las especies animales es el respeto del medio ambiente en general.

En junio 2010, en el zoo de Beijing, China, una osa panda mató a su cachorro recién nacido. El accidente ha sido atribuido al estrés que sufren los animales en cautividad. En cuatro años, ningún ejemplar de panda había nacido por medios naturales en Beijing.

Los delfinarios

La asociación Anima Naturalis denuncia las tristes condiciones de vida de los delfines en cautividad: "En un delfinario los cetáceos han de acostumbrarse a piscinas muy pequeñas en proporción a su tamaño y velocidad de desplazamiento, por lo que se ven obligados a nadar en cí­rculos. Su sistema de orientación y detección de presas, mediante la emisión de sonidos, encuentra en las paredes de hormigón una muralla que les devuelve continuamente esos sonidos, algo que termina por alterar ese sofisticado mecanismo natural. El cloro y otros productos quí­micos que se añaden al agua pueden provocarles heridas e irritaciones oculares, y el estrés de la vida en cautiverio también es causa de lesiones y muerte. La vida media de los delfines en libertad ronda los 40 años. En cautividad, no excede los 8 años, y ello a pesar de ser sometidos a control veterinario y recibir periódicamente tratamientos con antibióticos, fungicidas, hormonas y vitaminas. Sin dichos tratamientos, apenas podrí­an sobrevivir unos pocos dí­as cuando son confinados en los estanques artificiales. Las orcas pueden llegar a vivir unos 80 años en libertad, pero en cautiverio apenas llegan a los 10".

¿Vale la pena?

Las razones de quien defiende la existencia de zoológicos y delfinarios suelen ser "educativas". El derecho de los niños a ver de cerca un animal exótico tendría más valor que los derechos del animal a vivir en su ambiente natural. Los animalistas consideran que esta es una grave falta en el comportamiento humano, y aún más si se trata de educar a los niños. La visión del ser humano como dueño del universo está pasando de moda, pero lo hace muy lentamente. Todavía muchas personas se dejan llevar por las costumbres adquiridas, sin detenerse a reflexionar.

Considerando los avances tecnológicos, que nos permiten ver documentales de óptima calidad, donde los animales se relacionan naturalmente, los niños de hoy tienen acceso a muchos más conocimientos que los de antes. ¿Por qué no mejorar la calidad de su ocio? ¿Necesitamos verdaderamente mantener aquellos tristes lugares de encierro, disfrazados de parques de entretenimiento?


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