11 mar 2011

Animales enjaulados

Animales enjaulados

Se cuenta que en una selva tropical había un grupo de animales racionales que se sentían realmente enjaulados y en un estado de angustia y desesperación. Sus vigilantes no se preocupaban por ellos: les daban poco de comer, poco de beber y los pinchaban, insultaban y los ponían furiosos. Especialmente los vigilantes hacían tres cosas: prohibir, manipular y empobrecer.

A muchos fumadores se les prohibió fumar en los bares y restaurantes; a las niñas se les prohibió jugar con sus muñecas y a los chicos divertirse con el balón; a los médicos y farmacéuticos se les prohibió el derecho de objeción de conciencia; y a los padres se les prohibió educar a sus hijos de acuerdo con sus criterios morales y religiosos.

Por todas estas prohibiciones, los animales estaban muy enfadados, enojados e irritados y como no podían cambiar las leyes de los vigilantes se sentían enjaulados y prisioneros.

Estos vigilantes eran maestros en la manipulación de las mentes y costumbres de los animales. Manipulaban la historia, reescribiéndola sin contar con los documentos encontrados ni con los restos arqueológicos. Pensaban que si cambiaban el pasado podrían cambiar también el presente. Se especializaron en cambiar o manipular el lenguaje, dando a las palabras usuales un significado distinto del habitual y del que figura en el diccionario. No se decía crisis sino decrecimiento económico, no había aborto sino interrupción del embarazo, aunque la interrupción de un viaje, por ejemplo, se puede reanudar, pero en el aborto se mata a un niño o niña y su vida ya no se puede continuar. Pero la manipulación más grave fue la educación sexual en la que a algunos niños se les orientaba a hacerse homosexuales y a las niñas lesbianas. A otros escolares se les animaba a la promiscuidad.

Por todas estas manipulaciones, los animales estaban hartos de aguantar a sus odiados vigilantes. Los vigilantes no se preocupaban del bienestar material y económico de los animales. Muchos miles perdieron su trabajo y con el paso del tiempo no tenían ningún ingreso para poder comer, ni ir a los bares, restaurantes ni vacaciones. Su situación resultó desesperada, inaguantable y su enfado iba creciendo día tras día.

Ante este estado de molestia, desagrado y fastidio, los animales llegaron al enojo al principio y a la ira después. Llevados por su situación inhumana empezaron a arremeter y embestir contra la jaula hasta que se abrió un boquete y, después de salir, empezaron a atacar y agredir a sus vigilantes. Al sentirse libres cantaron de alegría y corrieron por el campo es un estado de felicidad.

Luego eligieron a otros cuidadores y pactaron con ellos la desaparición de todas las prohibiciones, las manipulaciones de todo tipo, y empezaron a crear y buscar puestos de trabajo para llevar en el futuro una vida libre y digna.

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